
La acerola (Malpighia gabra) es un fruto carnoso de pequeño tamaño que crece de un arbusto originalmente en Centroamérica.
La acerola es un fruto muy rico en vitamina C, de los más ricos que nos ofrece la naturaleza. También son ricos en otros antioxidantes como carotenoides, taninos y fenoles. Esto hace que sea uno de los alimentos más antioxidantes que se conocen.
Beneficios de la acerola
La vitamina C es una vitamina hidrosoluble, lo que quiere decir que si tomamos más cantidad de la que necesitamos en el día, la vamos a eliminar por la orina, no produciéndonos toxicidad por acumulación. Esto hace que podamos tomar grandes cantidades de acerola o vitamina C sin problema con una salvedad y es que, como se filtra en el riñón, si tomamos grandes cantidades, se puede favorecer la formación de cálculos renales. Además la absorción de vitamina C que proviene de alimentos es siempre mucho más alta que la vitamina C (ácido ascórbico) procedente de síntesis química. Si, además, elegimos productos de alta calidad, como los certificados BIO, nos aseguramos de que no nos aporten restos de toxinas o de OMG.
La acerola es por tanto un alimento anti-aging importante por su gran capacidad antioxidante que neutraliza los radicales libres retrasando los signos del envejecimiento en la piel y también en todo nuestro organismo. Además la vitamina C en la piel favorece la síntesis de colágeno y actúa como protector solar biológico ya que reduce el daño del sol sobre el ADN celular. Este mismo efecto también favorece la cicatrización y protección articular en casos de artrosis.
Recomendaciones sobre la acerola
Otra gran aplicación de la acerola es como protector cardiovascular. Su efecto antioxidante protege los vasos sanguíneos manteniendo su elasticidad e impide la oxidación de las placas de ateroma siendo recomendable su consumo en personas hipertensas o con colesterol alto.
También disminuye el avance de enfermedades degenerativas neuronales como la demencia o Alzheimer igualmente por su poder altamente antioxidante.
En los diabéticos tipo II también es recomendable tomar acerola ya que su poder antioxidante protege a los vasos sanguíneos de la oxidación por el exceso de azúcar pero además contiene polifenoles que absorben los azúcares de las comidas favoreciendo que la glucemia después de las mismas sea menor.
La acerola favorece la absorción de hierro siendo muy recomendable para personas que sufran de anemia.
Por último vamos a considerar un efecto muy importante y muy usado de la acerola sobre las vías respiratorias. Ya sea por el poder antihistamínico de la vitamina C que alivia síntomas de alergias como picor, estornudos…, por su capacidad para disminuir los síntomas en gripes y resfriados, por reforzar el sistema inmune en su lucha contra infecciones virales o bacterianas o por su poder antibacteriano al contener compuesto fenólicos que poseen este efecto, el consumo de acerola es un gran aliado en el invierno y primavera para superar mejor todas estas afecciones y para reducir su aparición.